Creo que a muchas empresas hoy nos come el día a día, que se ha vuelto tan acelerado y líquido que parece imposible conservar la memoria de los proyectos del mes pasado, no digamos de los años o décadas pasadas. A mí me gustaría que mi empresa valorara la memoria y que se documentara mejor el trabajo, y no en forma de almacén polvoriento sino de archivo vivo de éxitos, fracasos, logros e hitos de la compañía que pudiera ponerse a disposición de los nuevos y que sirva de "álbum" del trabajo. Me pesa la sensación de que nadie recuerda qué se hizo cuando cambian los equipos o los tiempos, y creo que el éxito a largo plazo pasa por trabajar activamente en construir sobre lo ya hecho, no partir cada día de cero.